jueves, 16 de diciembre de 2010

The change


Yo soy, y soy de muchas maneras. Me defino y ese es mi autoconcepto. Yo tengo cierto ideal de cómo quiero ser. Lo comparo con lo que soy… ¿Y entonces qué pasa? Depende de lo que se parezcan lo que soy y lo que quiero ser. Cuanto más parecidos sean, mayor será mi autoestima. También depende de cómo me percibo, si por ejemplo me he fijado solamente en ciertos aspectos negativos me costará más alcanzar mi ideal de perfección. Si mi ideal es muy exigente, la distancia entre el ideal y lo que yo soy crecerá exponencialmente y de manera inversa a mi autoestima.

Cuando estás a disgusto con lo que eres sueles sentirte culpable, sin tener en cuenta, que tus aspectos son sólo hábitos (más o menos consolidados, pero hábitos).
Una posibilidad es pensar que esa es tu forma de ser, pero considerar lo que eres como algo inamovible solo dificultará un posible cambio.

Un breve comentario de Jorge Bucay (en uno de sus libros, si no recuerdo mal) fue el siguiente (intentaré transmitirlo lo más fielmente posible):
“Te voy a pedir que te cruces de brazos. Como puedes observar, cruzas un brazo por encima del otro… Si estuvieras en grupo, podrías ver que no todos cruzáis el mismo brazo por encima. Ahora intenta cruzarlos a la inversa, el que estaba por debajo encima del otro. Comprobarás que te cuesta más, porque romper un hábito es costoso… pero si sigues durante un rato con los brazos cruzados de este modo vas a ver cómo ya no te resulta tan extraño…”

Culparse por un hábito que no te beneficia. Es tan útil como culparse por cruzar los brazos de una manera u otra. Y además no te ayuda a cambiarlo. De hecho provoca el efecto contrario. Es importante darse tiempo, no forzarse al cambio porque precisamente es cuando no se va a producir. Esos aspectos pueden estar provocados por una situación en concreto y como tal se pueden cambiar… pero también se pueden aceptar como una reacción normal teniendo en cuenta la situación en la que estoy. Liberando de presión todo vuelve a fluir un poco más

Una manera de cambiar los aspectos que te disgustan podría ser comportarse justo de la manera que quieres ser, porque acabarás cambiando y volviéndote de esa manera para romper la disonancia que se ha creado entre lo nuevo que estás haciendo y lo que tú piensas que eres. De este modo te identificarás con lo que estás haciendo, adoptando lo nuevo como hábito.
Esto tiene su reverso oscuro de la fuerza, ya que como uno tiende a identificarse con lo que hace, puede llegar a considerarse menos valioso después de un fracaso. Realmente vales intrínsecamente, no por lo que haces. Aunque te definan, tú no vales lo que valgan tus acciones (además de que ese valor es relativo: un fracaso para ti puede ser considerado un logro para tu vecino).

Volviendo a la autoestima, también suele decrecer cuando te defines en pocos entornos. No es lo mismo definirte como estudiante y amigo que como estudiante, amigo, pintor, pareja, escritor, cinéfilo… Cuantas menos definiciones de ti mismo tienes más te va a afectar que una de ellas falle y más te va a costar cambiar una de ellas o compensarla con otra, porque para ti esa en concreto tiene mucho peso para tu propia definición.
Esta es una de las causas por las que la depresión, al aislar a la persona en dicho estado, baja la autoestima que da gusto. Por eso, y por el propio bienestar en general, es bueno darle a la autoestima la importancia que se merece.

Y por si quieres leer más:
-Inteligencia emocional para jóvenes (Antonio Galindo)
-Tus zonas erróneas (Dyer)
-Autoestima, Guías de intervención en Psicología Clínica (Marisol Mora, Rosa Mª Raich)
-Un manual de psicología social tampoco está de más todo en esto.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Los beneficios secundarios de estar mal.

“Para Piaget (...) el concepto de desarrollo tiene una entidad diferente al de aprendizaje y al de maduración. Estos últimos, junto con los que Piaget llama experiencia social, son factores que intervienen en el proceso de desarrollo, pero que por sí solo no lo explican. Piaget invoca otro factor fundamental: la equilibración, un concepto complejo que hace referencia a la propiedad de los seres vivos de reorganización interna o tendencia a superar desequilibrios provocados por distintas fuentes de perturbación. Dentro de esta concepción, el aprendizaje tiene límites impuestos por el propio desarrollo (el nivel de desarrollo que alcanzado por un sujeto determina qué puede aprender) pero a su vez, los nuevos aprendizajes impulsan el desarrollo mental hacia estados de mayor equilibrio…”(*)

No todo lo que se aprende beneficia al aprendiz. Cuando aprendes que el equilibrio está en el malestar puede ser que no te estés haciendo mucho bien, pero aun así actúas como aprendiste.
¿Por qué? Porque es útil. No hay razones fijas, depende de lo que a ti te haga más falta, de lo que menos habilidades tengas para conseguir y por eso te veas empujado a formas que hacen pupita. Son los beneficios secundarios de estar mal. Aparecen cuando piensas…

...que te verás recompensado a la larga si lo haces, porque piensas que el mundo es justo y restablecerá ajenamente a ti todo lo que haya estado desequilibrado antes.

...que tienes que esperar a estar terriblemente enfermo para pedir algo para ti o para que te cuiden, incluso más de lo que necesitarías de normal.

...de manera pesimista porque temes ilusionarte y decepcionarte si empiezas a hacerlo más optimistamente.

Y más, pero no soy tan original como para seguir poniendo ejemplos de situaciones. Realmente te compensan, no es que estés tarado. Es que es una buena manera, pero pregúntate a ti mismo por cuanto tiempo estás dispuesto a soportar el malestar por conseguir cuatro cosas buenas. A esto se le llama falsa conciencia y es ver solo las partes buenas de una situación y las malas olvidarlas.

Si no quieres cambiar, al menos se consciente de que el mal te lo provocas tú, nada de echar balones fuera. Tampoco olvides que el principal perjudicado eres tú (de nuevo). No lo hagas por los demás ni por el qué dirán. Si piensas que el mundo es justo, que tiene que venir alguien a hacerte las cosas o que lo malo y lo bueno dependen de fuera y no de ti… te estás quitando muchas posibilidades de encontrarte mejor actuando tú.

Sí, cuesta. Y sí, puede que no hayamos sido conscientes hasta ahora. Y éstas tampoco te sirven como excusas.
Cualquier actitud como el pesimismo, el optimismo, el hacerse cargo de uno mismo o dejar que los demás se responsabilicen fluye. No importa lo que te beneficie o perjudique. Fluye. Se mantiene en el tiempo porque vas a seguir haciendo lo que te resulta útil y por eso es más fuerte que otras que vayan en otra dirección.

Imagina por un momento un rio que lleve mucho tiempo fluyendo por el mismo lugar. Cuando un afluente incide en él, abre un surco, pero no cambia su dirección a no ser que éste sea muy fuerte, constante o que sean más numerosos. Como cuando actúas optimistamente y ves ideas pesimistas (y al revés). Abren un surco en ti, pero no te cambian a no ser que éste sea muy fuerte, constante o que sean más numerosos.

El cambio está ahí y depende de ti también. Porque tú no eres solo un rio que recibe corrientes de aquí y de allá y le moldean. Ese cambio no solo depende de lo que viene, si no de cómo reaccionas a eso. Si cuando ocurre algo bueno no quieres tenerlo en cuenta y cuando algo malo ocurre lo magnificas (o al revés, de nuevo) te perderás una parte importante de la información… Y así no hay quien aprenda a encontrar un equilibrio que le satisfaga.

(*) http://www.ucm.es/info/psicoevo/Profes/IleanaEnesco/Desarrollo/PsDesarrolloEnesco.pdf

lunes, 11 de octubre de 2010

Posibilities

Se lo mejor en lo tuyo. Ve a por las experiencias que quieres vivir, ve a por lo que quieres cambiar. Aunque haya hechos menos posibles, solo son imposibles cuando de entrada nos negamos la posibilidad de que existan: si no lo intentas, de seguro que nunca lo conseguirás.
Puedes ser y vivir lo que quieras, y no depende de la edad que tengas. Encaminarse hacia ello ya es hacer algo por conseguirlo y acercarse un poco más.

El cambio no siempre ocurre instantáneamente, pero lo importante es disfrutar también todo momento hasta que ocurre esa situación y no menospreciar algunos porque vengan teñidos de obligación ni a otros porque aparentemente no sirvan de nada productivo. Quién sabe… a lo mejor valorando todos los momentos por igual encuentras más motivaciones por el camino.


Las decisiones que has tomado previamente pueden condicionarte, pero no te impide tomar otras. Tienes todo el derecho a equivocarte, ¡es tu gran oportunidad para rectificar! Incluso puedes cambiar aquellas por las que luchas día a día porque se hayan quedado estancadas… y estará bien, siempre que te ayude a fluir.


No es necesario alcanzar la fama para conseguir lo que quieres. Solo es otro reconocimiento más. El reconocimiento social puede proporcionar una financiación y difusión para tus ideas, pero por suerte, hoy en día hay otras maneras alternativas. Con reconocimiento social o solo en tu ámbito más cercano, la opinión de otros también puede desviarte de tus objetivos… Y estaría bien no perder de vista el objetivo. De momento cuentas con tu propio reconocimiento (o estaría bien que contaras con él) y con el de la gente que te apoya. Ninguno de los dos vale menos, de hecho, suelen valer e impulsar más que la fama.


And this song is for you. Cause we always knew that you were one of the brightest stars.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Ateísmo contra religión: rigidez es lo que impera...

El otro día vi cómo comparaban cualquier tipo de creencia religiosa con la ignorancia. El veredicto es un ateísmo radical, sin duda. Dentro de esta creencia te limitas a lo que se ve, es decir, a lo empírico negando la existencia de todo lo que está más allá de lo físico: el alma y cualquier fuerza, motor o de cualquier deidad (llámados dioses, diosas o Dios).
Se me viene a la cabeza una época en la que se creía exclusivamente en lo terrenal: la Prehistoria. Entonces no había separación entre el binomio creación-creador. Por eso se adoraba a fenómenos que pertenecían a la naturaleza. Cuando se plantearon si había algo más allá de la propia naturaleza (metafísica: más allá de la física), este binomio quedó dividido y por la imposibilidad para demostrar cualquier hipótesis que hiciera referencia a lo metafísico surgió la necesidad de postular, de creer. Las grandes religiones se originaron en base a esta necesidad de llenar el vacio, de dar respuesta acerca de lo desconocido: de qué mueve el mundo, de la causa de las injusticias, de lo que queda cuando la vida se detiene, etc…

Es muy cómodo para el hombre simplemente aceptar una creencia. Es muy conveniente tanto para él como para la institución religiosa correspondiente que haya una homogeneidad en las creencias del resto. La problemática en una institución en la que el egoísmo existe entre sus individuos (aunque se niegue) se origina cuando el poder corrompe los ideales tan puros y generosos y se incumplen en el nombre de Dios, justificando actos horribles y censurado otros no tan horribles por mantener su poder y monopolio (en ocasiones usando el miedo como instrumento de control social, dado que empuja a la indecisión de los creyentes y por tanto a no cuestionar lo que viene de arriba). La mencionada homogeneidad permite el conformismo de los creyentes (porque Todo el mundo cree) y está impuesta porque tiene como base la intolerancia (castigando al diferente) y que puede acabar anulando la capacidad para elegir las propias creencias (lo que mantiene el poder), que no necesariamente coinciden con las de las personas que te rodean, dado que son tuyas. Cuando coinciden, es genial, sientes que empatizas. Pero si se pretende que así sea, dejarse llevar por la opinión de la masa sin compartirlo es, como poco, peligroso.

La falacia ad ignorantiam consiste en afirmar la verdad de una proposición (p.ej: Existe lo metafísico) sólo porque no se ha probado su falsedad (argumento de la Iglesia: Dios existe, no se ha probado que no exista) o bien afirmar su falsedad por no haberse podido probar como verdadera (argumento del Ateísmo: No existe ningún dios ni el alma, no se ha probado que existan). Es decir, se declara la verdad o falsedad de una premisa basándose en la ignorancia existente sobre ella. El agnosticismo sería el punto medio entre esos dos extremos, ya que no afirmaría algo que no puede conocer.

Se sabe que existe un vacio entre la electricidad neuronal y los procesos psicológicos básicos, un vacío que aun no está explicado. Algunos locos denominan este vacío como alma. Si se descubre algún día que ese vacío es algo físico y que, por tanto no existe como entidad metafísica (alma) podrá afirmarse que "El alma no existe". Pero hasta entonces, al no tener evidencias no puedes afirmar ni negar nada. Solo quedan las creencias, postular... Subjetividad.

Aquí una servidora se muerde la lengua para no alargar esto indefinidamente contando las ideas de la metafísica que postuló Kant, que son muestra de que a veces ocurre el “Creer para ver”.

Quizá esa persona atea sólo se sentía orgullosa de haber sido tan crítica al rechazar una institución que le obligara a pensar y actuar de una manera determinada. Cuestionar lo que dice una religión es un paso hacia el conocimiento. Cuestionar a una institución religiosa que es incoherente con lo que divulga también es otro paso hacia el conocimiento. Pero no porque esa religión contenga algo de metafísico, toda creencia o aceptación de lo metafísico va a ser pernicioso o una engañifa. Una creencia no tiene porqué ir unida a una institución. Creer en algo metafísico no te hace un borrego, siempre y cuando lo hayas decidido tú según lo que hayas postulado. A ti te parece una creencia coherente y respetable, como deberían ser todas. Porque no debería haber una impuesta, ni nadie debería intentar convencer a otro de que sus creencias son mejores. En eso estriba la libertad de cada uno.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Neurosis



Albert Ellis escribió estas doce ideas irracionales que causan y sustentan la Neurosis.

- La idea de que existe una tremenda necesidad en los adultos de ser amados por otros significativos en prácticamente cualquier actividad; en vez de concentrarse en su propio respeto personal, o buscando aprobación con fines prácticos, y en amar en vez de ser amados.


- La idea de que ciertos actos son feos o perversos, por lo que los demás deben rechazar a las personas que los cometen; en vez de la idea de que ciertos actos son autodefensivos o antisociales, y que las personas que cometan estos actos se comportan de manera estúpida, ignorante o neurótica, y sería mejor que recibieran ayuda. Los comportamientos como estos no hacen que los sujetos que los actúan sean corruptos.


- La idea de que es horrible cuando las cosas no son como nos gustaría que fueran; en vez de considerar la idea de que las cosas están muy mal y por tanto deberíamos cambiar o controlar las condiciones adversas de manera que puedan llegar a ser más satisfactorias; y si esto no es posible tendremos que ir aceptando que algunas cosas son así.


- La idea de que la miseria humana está causada invariablemente por factores externos y se nos impone por gente y eventos extraños a nosotros; en vez de la idea de que la neurosis es causada en su mayoría por el punto de vista que tomamos con respecto a condiciones desafortunadas.


- La idea de que si algo es o podría ser peligroso o aterrador, deberíamos estar tremendamente obsesionados y desaforados con ello; en vez de la idea de que debemos enfrentar de forma franca y directa lo peligroso; y si esto no es posible, aceptar lo inevitable.


- La idea de que es más fácil eludir que enfrentar las dificultades de la vida y las responsabilidades personales; en vez de la idea de que eso que llamamos “dejarlo estar” o “dejarlo pasar” es usualmente mucho más duro a largo plazo.


- La idea de que necesitamos de forma absoluta otra cosa más grande o más fuerte que nosotros en la que apoyarnos; en vez de la idea de que es mejor asumir los riesgos que contempla el pensar y actuar de forma menos dependiente.


- La idea de que siempre debemos ser absolutamente competentes, inteligentes y ambiciosos en todos los aspectos; en vez de la idea de que podríamos haberlo hecho mejor más que necesitar hacerlo siempre bien y aceptarnos como criaturas bastante imperfectas, que tienen limitaciones y falibilidades humanas.


- La idea de que si algo nos afectó considerablemente, permanecerá haciéndolo durante toda nuestra vida; en vez de la idea de que podemos aprender de nuestras experiencias pasadas sin estar extremadamente atados o preocupados por ellas.


- La idea de que debemos tener un control preciso y perfecto sobre las cosas; en vez de la idea de que el mundo está lleno de probabilidades y cambios, y que aún así, debemos disfrutar de la vida a pesar de estos “inconvenientes”.


- La idea de que la felicidad humana puede lograrse a través de la inercia y la inactividad; en vez de la idea de que tendemos a ser felices cuando estamos vitalmente inmersos en actividades dirigidas a la creatividad, o cuando nos embarcamos en proyectos más allá de nosotros o nos damos a los demás.


- La idea de que no tenemos control sobre nuestras emociones y que no podemos evitar sentirnos alterados con respecto a las cosas de la vida; en vez de la idea de que poseemos un control real sobre nuestras emociones destructivas si escogemos trabajar en contra de la hipótesis masturbatoria, la cual usualmente fomentamos.

jueves, 2 de septiembre de 2010

¿Escribes?

¿Habrá una especie de registro en el que se cobijen nuestras vivencias, recuerdos, pensamientos y emociones? A mí me gusta pensar que sí. Que todas las verdades particulares confluyen en una. Como si todos escribieramos algo con nuestra propia tinta, color y caligrafía en un mismo lugar. Objetividad compuesta de muchas subjetividades. Pespectivismo en auge.
¿Cuál es el significado de la vida? Para mí ha de ser connotativo, puesto que lo conformaríamos cada uno con nuestra verdad, mientras estás viviendo. Y sí, probablemente exista un cuaderno que no esté en blanco, que contenga otro (u otros) significado además del que nosotros mismos escribimos. Probablemente escribir sea el primer paso para encontrar otros sentidos. Vivir...
Sin ir más lejos, en caso de depresión, las ideas pesimistas que sustentan este estado hacen que todo lo que antes era importante para una persona deje de serlo, que se pierda el sentido, el placer por las cosas y consecuencia de ello, las ganas de vivir. No vivir hace que te encierres en tí mismo y eso te impide desmontar las ideas pesimistas y que disfrutes de las cosas que antes te daban placer. Es circulo que se retroalimenta, que aunque sea dificil de interrumpir, puede hacerse, principalmente procurando continuar viviendo, y transformando los pensamientos hacia algo cada vez más optimista. Esto también se retroalimenta, por suerte.
Sí, parte del significado podría deberse a miles de tintas de colores que están aprendiendo a escribir...

domingo, 22 de agosto de 2010

Carencias

Mi libro de Ética, en 4º de la ESO comenzaba con un epígrafe que hacía referencia a "la loteria de cada uno", es decir, todas las cosas con las que hemos nacido y que no hemos elegido: casa, padres, su caracter, país, familia, situación económica...
Esto de haber concretado las posibilidades tanto nada más nacer parece una cruel lotería que limita tus posteriores decisiones y por tanto a añorar lo no-tenido.
Y bien, a mi parecer, esta lotería es un punto de partida limitado como cualquier otro lo es.
Las carencias de este comienzo ponen en evidencia lo que nos gustaría mejorar. Es un comienzo que al ser comparado con nuestra idea de perfección despierta y orienta nuestros sueños. Nos ayuda a saber lo que nos falta y le falta al mundo y por lo queremos luchar.
Sin estas carencias, si todo hubiera sido perfecto desde el principio (tal cual lo deseamos ahora) no le daríamos ni por asomo, la importancia que tiene comparándolo con lo carente. Sería lo normal, no habría que cambiar nada y probablemente nuestro afán por mejorarlo todo nos ayudaría a sacarle defectos. Que como dijo Bucay a Claudia, sólo se puede llenar una taza que ha sido vaciada.
Por otro lado, parece curioso - y quizás sea porque conocemos la situación en profundidad o porque estamos tan metidos en ella que no vemos más allá - pero en momentos de bajón nuestra situación parece tener las condiciones más macabras y crueles de las que conocemos similares a la nuestra.
Y vaya, no nos percatamos en ese momento de que otra persona (con otras circunstancias, claro) apreciaría muchos aspectos de la nuestra como el mayor de los tesoros. Es bonito no olvidarse de estos aspectos también.

(Ah! es la magia de la subjetividad, ¡se siente!)

domingo, 8 de agosto de 2010

Codicias varias: la vitalidad y pensar fríamente.

Estar activos la mayor parte del tiempo es considerado por muchos una virtud. Cualquier método sirve para ello y millones de momentos de bajón para recriminarnos por no ser lo suficientemente fuertes. Y cuando la ansiedad nos puede, por cualquier otro motivo, tambien nos sirve para reprocharnos por ello, puesto que "las decisiones son de gente fría". Lástima que no seamos máquinas, nos decimos. Qué débiles: las circunstancias nos pueden, nos envuelven y nos hacen ver que tenemos un límite acotado. Sí, la perfecta excusa para no volver a intentarlo.
Funcionar de una manera tan variada es precisamente lo que nos da la posibilidad de adaptarnos a distintas circunstancias y dar lo mejor de nosotros.
Suena a consuelo vago. Consuelo sí. Vago, no tiene porqué. Si conoces un poco cómo funcionamos dependiendo de la activación es más fácil comprender nuestras reacciones.
Cuando nos activamos es porque estamos necesitamos poner nuestros recursos en marcha. Nuestro rendimiento depende de lo activados que estemos. Cabe pensar que es una relación lineal: mayor activación, mayor rendimiento. No ocurre así. Tanto un nivel bajo como uno alto de activación son la causa del bajo rendimiento. Este fenómeno puede verse en la curva de Yerkes y Dodson.
Cuando nos sobrecargamos, nos activamos en exceso y pensamos que debemos activarnos más para rendir... llegamos a niveles de ansiedad que para nada son sanos (ni sobrellevables).
Las emociones se desarrollan de esta misma manera (de hecho, precisan de activación), aunque en este caso concretemos el rendimiento como capacidad de decidir. Sí, las emociones ayudan a decidir. Pobrecitas, qué mala fama han tenido durante tanto tiempo. Parecían señas de nuestra debilidad humana y oh... resulta que estaban ahí para ayudar. Una emoción puede entenderse como un filtro, un filtro que permite atender, desplegar nuestro potencial hacia una situación concreta que precisa de una resolución. Puedes compararlo con un tubo, cuyas paredes pueden tener un mayor o menor grosor. Si tienen poco grosor, pasa todo: lo útil y lo inútil. Si son muy gruesas, no pasa nada y por tanto no sirve. Y si tienen un grosor medio... podemos
seleccionar mejor lo que nos sirve en ese momento.
Así que al cuerno con que decide mejor el que más frío es. Ese tipo en cuestión no decidiría nada, se quedaría estancado en eternas divagaciones. Supongo que la clave para mantenerse en el - ¡tan ansiado! - justo punto medio es ejercer algo de control sobre las emociones, cuando observas que se han vuelto perniciosas, que duran demasiado y solo perjudican.
Solo así conseguiremos que la tristeza no sea depresión y ayude a aceptar una pérdida.
Que el amor no sea posesión y celos varios.
Que la rabia no sea frustración en lugar de un impulso por cambiar lo que nos disgusta.
Que el miedo deje de ser una parálisis permanente y sea únicamente una precaución.

viernes, 16 de julio de 2010

Mon petit cabroin


Mon petit cabroin
(link estrella, sin él la publicación pierde mucho sentido D:)


Gran canción. Canción de letra escasa e impactante batería para mi gusto. Os explicaré lo de escasa letra: Esta, Mon petit Cabroin, es una canción del grupo Love of Lesbian (lol para los amigos) de su disco Maniobras de escapismo... y está compuesta por varios fonemas del inglés y el francés.
En palabras del propio Santi Balmes, cantante del grupo:"Aclaraciones... no es la primera ni será la última vez que me pedís la letra de "Mon petit cabroin"... pues no existe... son fonemas que imitan el inglés y el francés. No tiene ningún sentido nada de lo que digo ni pretendía hacerlo. La ventaja es que puede imaginar cualquier tipo de temática porque todas son válidas."
Eso de no tener letra... me ha frustrado más de una vez para cantarla, menos cuando me desenvuelvo y la canto exactamente como recuerdo o como me apetece.
Por lo de impactante batería... tengo pruebas, lo prometo. Tú abre el link en otra entrada si no lo has hecho aún... Me encanta cómo se pone la canción en torno al minuto 1.30, al 3.30 y a partir del 4 y de ahí al final. Es tan genial. Es casi como oir un orgasmo in crescendo...

Turututú... tuturu turututú... Tuturuturututú tutútutúTÚ!

Mañana me voy de campamento, a desconectar y tal unas... dos semanas de nada. Y de imagen jengi, qué majo él :D

jueves, 8 de julio de 2010

Abajo las cremalleras!

Hay un sádico placer en la autocompasión. Y eso caca. Hay un sádico y adictivo placer en creer que el disfraz es la piel. En creer que en Carnaval somos monotonía, apatía, anhedonia, tristeza, indefensión aprendida, depresión... y quién sabe cuántas cosas más, aunque solo sean un disfraz.

Desabróchate. Quítatelo todo. Si no llegas porque la cremallera está en la espalda, pide ayuda. Y ahora, mírate desnudo, sin nada. Ese sí que eres tú.


(Imagen de William Merritt Chase)

jueves, 1 de julio de 2010

Al estilo del ave fénix

En el torrente de pensamientos que transcurren y casi apabullan... queda uno mismo como envuelto en mil cosas que no se conocen demasiado bien.
Uno... envuelto en pensamientos que son fruto de nuestra manera de ver la realidad, del filtro que tengamos puesto en ese momento. Ahora están tan juntos, tan neblinoso que ni recordamos ese filtro. Vemos todo oscuro y hemos olvidado que aún llevamos puestas las gafas de sol.

Sin recordar que lo que vemos depende del cristal... no nos planteamos quitarnos este para colocar otro, mediante el que todo parezca más esperanzador. Nos atrona que sólo lo parezca, porque indica que la imagen de un mundo mejor puede haber sido producto de nuestra imaginación en otro momento.
Por esto, cuando recordamos que se puede cambiar el cristal con el que vemos algo nos quema dentro, una nueva esperanza... Aun sabiendo que se puede cambiar, no sabemos cómo. La impotencia a flor de piel.
Quelle horreur! Todo parece irrremediable, irrevocable, imposible de solucionar. Y lo ideal sería continuar pensando en lo que nos preocupa para encontrar una solución y cortar con los pensamientos... Pero ya nos hemos cansado demasiado como para concluir en algo. En este momento, nos vemos como si fueramos ceniza. Y como buen ave fénix, renaceremos de ellas -aunque todavía no sepamos cómo-.

Y cambiar de cristal... ocurre, pero no en un día, ni en dos... aunque el primero sea tan necesario como el siguiente. Hasta ahora cualquier hecho, palabra, persona, recuerdo o canción sirve para recordarnos que (casi) todo lo vemos con un cristal negro muy dificil de cambiar... Y es entonces cuando debemos parar este torrente al grito de
"Eh, eh, para! No sigas por ahí... Reinicia."
Es un grito que nadie oye, que solo te recuerda que esa manera no te hace ver bien la situación, como si te obligaras a verla de otra, hasta que aparezca la que te hace bien.
Es un cambio tan imperceptible que nadie a tu alrededor puede verlo. Tú en cambio, aprecias cómo cada pequeño cambio te encamina a verlo todo bastante menos negativo. Te sientes reconfortado, brotando otra vez, como transformándote a partir de tus cenizas...

viernes, 25 de junio de 2010

Porque en la variedad está la diversión...

Por todos aquellos que se atrevieron a integrar todos los componentes, a meter todas las partes en el saco y no defender únicamente la parte que les representa y menospreciar la antagónica.
Kant, porque metió en el mismo saco al Racionalismo - El propio hombre es lo único necesario para conocer, porque viene siendo un ser magnífico - y al Empirismo - Tú dame sólo experiencia... que yo ya iré conociéndolo todo - para dar como resultado... La Síntesis Kantiana, aquello de tener un sujeto como un recipiente (forma) que se llene de experiencia (contenido y del bueno).
Luego también, por esa parte tan genial de su pensamiento en la que acababa postulando las ideas de la metafísica: alma, mundo y dios, porque le faltaba experiencia para conocerlas. Asi que después de mucho darle vueltas, postuló que el alma (situada en el sujeto para que pueda aspirar a la perfección) se iba uniendo al mundo según lo conocía (todo objeto que rodea al sujeto) dando como unión de ambos a dios (algo a lo que aspirar: la perfección, que no tiene porqué ser una persona, ya depende de las creencias y tal...).
Sin alma no hay perfección y sin mundo tampoco. Ahí también me gusta como une las creencias de Platón - Hay que vivir en el mundo de las ideas para aspirar a la perfección, no en este tan mundano - y a Nietzsche - vitalista, tenía en cuenta lo vivido y sólo lo vivido.

El resto fueron grandiosos por su aportación, pero les pareció más importante centrarse en defender su planteamiento que evolucionar de alguna manera.

Antonio Damasio fue grande también por descartar la separación de que el cerebro iba por un lado y el corazón por otro. Aunó razón y emoción, pues ambas dependen de la otra. Descartó con esto también el predominio de lo racional sobre lo irracional, ya que la mente, el cuerpo (ay, mundano...) y la emoción funcionan en unidad... no por separado ni entorpeciendose el camino (Bueno, a veces sí, pero es ocasional).

Ortega y Gasset, se repitió un poco
respecto a lo de que tanto el sujeto como la realidad que le rodea toman sentido estando juntos. Y teniendo en cuenta que cada sujeto vive de una manera... puede aportar un punto de vista distinto y subjetivo. Un conjunto de perspectivas que se aproximan a la verdad objetiva más que unas pocas en solitario.

lunes, 21 de junio de 2010

Les émotions

Sí, más emociones pa'l body. Metaforeando, las emociones serían como un puente que separa dos momentos de nuestra vida y que nos permiten atravesar situaciones para permitirnos avanzar por nuestro camino. Hay muchos puentes - respecto a los propios o a los demás - distintos porque hay muchos caminos distintos, pero todos se parecen en su forma y función - o en su disfunción.
Supuesto esto, si miramos a un lado, veremos cosas que nos ayudan a seguir caminando y otras que no tanto. A veces, lo subjetivo de nuestro puente nos ayuda a caminar (que es la función del mismo) por unos lugares u otros, independientemente de cómo sea. Pero si caminamos sobre él durante mucho tiempo, nos perderemos demasiado camino al rás del suelo. Incluso a veces, nos lleva a un lugar cortado, en el que solo se ve desierto por estar ahí subido. El puente ha dejado de ayudar. Llegados a este punto, en el que no queda otra que quedarse quieto en ese precipicio o seguir andando, es mejor darse el empujoncito para saltar (alehop!) y continuar a lo nuestro... que por algo venía aquello de que "se hace camino al andar".

Echadle un ojo a este sitio, sobre todo al cuento del ogro, los principes con flecha y la princesa.
http://www.psicoterapeutas.com/pacientes/planteamiento.htm
(si no quieres perder de vista esta página, abre in-anoder-güindou)

lunes, 31 de mayo de 2010

Emociones


Pareciera que las emociones fueran un estorbo en nuestra vida y a veces incluso desearíamos que desaparecieran. Lo pernicioso del asunto es que ni siquiera nos cuestionamos para qué están ahí. Por la mente de muchos pasará la ocurrencia de que están para joder y ya, que son algo “irracional”, aunque como casi todo, las emociones también tienen grados que nos benefician o no.

Las emociones existen para focalizar nuestra atención en algo concreto que necesita ser resuelto, planteado o aceptado: nos inducen a hacer algo específico. Nos ayudan a decidir. Se dice que la emoción “nos atrapa” y ahí estriba precisamente la manera en que focaliza nuestra atención.


Si no tuviéramos emociones, no sufriríamos, pero tampoco tomaríamos decisiones ni partido en nuestras vidas. Esto difiere mucho con la idea que se suele tener de las personas poco emocionales: la de alguien que toma decisiones fríamente con éxito y sin verse apenas afectado por ellas.


Aunque parece que no compensaran tanto sólo porque nos permitan decidir, ya que a veces nos hacen sufrir... y de lo lindo. La clave está en que se sufre sólo cuando la emoción se ha mantenido demasiado en el tiempo y de manera muy intensa. No se ha resuelto la situación, la emoción ha perdido su función y luchar contra ella además duele. Ha quedado contaminada y nos contamina a nosotros.


Y ahí, influyen demasiadas cosas dependiendo de lo afectado que uno esté, de la persona, y váyase usted a saber de qué más.


Una de esas cosas es en qué se centre la atención voluntariamente. Porque aunque estemos sintiendo una emoción, podemos elegir lo que pensamos: si recordamos cada situación no resuelta como un fallo que no se podrá resolver y se repetirá en el futuro, o… recordamos el proceso como otra manera más de aprender de esa situación, para no pasar un rato tan acongojado en posteriores ocasiones.
A veces darle vueltas al tema ya no funciona más, solo satura, y es mejor cambiar de aires, dar una vuelta, no pensar en nada…

En ocasiones la emoción no finaliza porque no le damos oportunidad – y por eso nos estancamos-. Tomo palabras textuales de Jorge Bucay en Cartas para Claudia, que copiar está feo.


Cuando algo me confunde, tengo dos posibilidades. Una, salir de la confusión, y dos, dejarme estar en ella. El primer caso es el de la interrupción (…) que es el mecanismo por el cual el neurótico impide que un proceso se desarrolle naturalmente y concluya por sí mismo. Quizá en apariencia se obtenga una sensación de tranquilidad, pero esa tranquilidad es por "superar el miedo a estar confuso", y no por aclarar qué me confunde.

Sólo la confusión es un proceso normal del darse cuenta, a partir de ella surge el contacto con mi (des-cubrir) la realidad. Cuando no me interrumpo, dejo que el proceso se complete y se agote. El salir de la confusión es, muchas veces, la consecuencia de dejarme estar en ella.