sábado, 25 de septiembre de 2010

Ateísmo contra religión: rigidez es lo que impera...

El otro día vi cómo comparaban cualquier tipo de creencia religiosa con la ignorancia. El veredicto es un ateísmo radical, sin duda. Dentro de esta creencia te limitas a lo que se ve, es decir, a lo empírico negando la existencia de todo lo que está más allá de lo físico: el alma y cualquier fuerza, motor o de cualquier deidad (llámados dioses, diosas o Dios).
Se me viene a la cabeza una época en la que se creía exclusivamente en lo terrenal: la Prehistoria. Entonces no había separación entre el binomio creación-creador. Por eso se adoraba a fenómenos que pertenecían a la naturaleza. Cuando se plantearon si había algo más allá de la propia naturaleza (metafísica: más allá de la física), este binomio quedó dividido y por la imposibilidad para demostrar cualquier hipótesis que hiciera referencia a lo metafísico surgió la necesidad de postular, de creer. Las grandes religiones se originaron en base a esta necesidad de llenar el vacio, de dar respuesta acerca de lo desconocido: de qué mueve el mundo, de la causa de las injusticias, de lo que queda cuando la vida se detiene, etc…

Es muy cómodo para el hombre simplemente aceptar una creencia. Es muy conveniente tanto para él como para la institución religiosa correspondiente que haya una homogeneidad en las creencias del resto. La problemática en una institución en la que el egoísmo existe entre sus individuos (aunque se niegue) se origina cuando el poder corrompe los ideales tan puros y generosos y se incumplen en el nombre de Dios, justificando actos horribles y censurado otros no tan horribles por mantener su poder y monopolio (en ocasiones usando el miedo como instrumento de control social, dado que empuja a la indecisión de los creyentes y por tanto a no cuestionar lo que viene de arriba). La mencionada homogeneidad permite el conformismo de los creyentes (porque Todo el mundo cree) y está impuesta porque tiene como base la intolerancia (castigando al diferente) y que puede acabar anulando la capacidad para elegir las propias creencias (lo que mantiene el poder), que no necesariamente coinciden con las de las personas que te rodean, dado que son tuyas. Cuando coinciden, es genial, sientes que empatizas. Pero si se pretende que así sea, dejarse llevar por la opinión de la masa sin compartirlo es, como poco, peligroso.

La falacia ad ignorantiam consiste en afirmar la verdad de una proposición (p.ej: Existe lo metafísico) sólo porque no se ha probado su falsedad (argumento de la Iglesia: Dios existe, no se ha probado que no exista) o bien afirmar su falsedad por no haberse podido probar como verdadera (argumento del Ateísmo: No existe ningún dios ni el alma, no se ha probado que existan). Es decir, se declara la verdad o falsedad de una premisa basándose en la ignorancia existente sobre ella. El agnosticismo sería el punto medio entre esos dos extremos, ya que no afirmaría algo que no puede conocer.

Se sabe que existe un vacio entre la electricidad neuronal y los procesos psicológicos básicos, un vacío que aun no está explicado. Algunos locos denominan este vacío como alma. Si se descubre algún día que ese vacío es algo físico y que, por tanto no existe como entidad metafísica (alma) podrá afirmarse que "El alma no existe". Pero hasta entonces, al no tener evidencias no puedes afirmar ni negar nada. Solo quedan las creencias, postular... Subjetividad.

Aquí una servidora se muerde la lengua para no alargar esto indefinidamente contando las ideas de la metafísica que postuló Kant, que son muestra de que a veces ocurre el “Creer para ver”.

Quizá esa persona atea sólo se sentía orgullosa de haber sido tan crítica al rechazar una institución que le obligara a pensar y actuar de una manera determinada. Cuestionar lo que dice una religión es un paso hacia el conocimiento. Cuestionar a una institución religiosa que es incoherente con lo que divulga también es otro paso hacia el conocimiento. Pero no porque esa religión contenga algo de metafísico, toda creencia o aceptación de lo metafísico va a ser pernicioso o una engañifa. Una creencia no tiene porqué ir unida a una institución. Creer en algo metafísico no te hace un borrego, siempre y cuando lo hayas decidido tú según lo que hayas postulado. A ti te parece una creencia coherente y respetable, como deberían ser todas. Porque no debería haber una impuesta, ni nadie debería intentar convencer a otro de que sus creencias son mejores. En eso estriba la libertad de cada uno.

1 comentario:

  1. Bonita reflexion ^^ , a mi isnceraente, me da igual lo que piense cada uno, y el que quiera creer en un dios, alla el, aunque desde que descubri la filosofia y la ciencia, cada vez tengo mas claras ciertas cosas XD

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