sábado, 26 de marzo de 2011

Esta es la gota que (no) colmó el vaso

Cuanto más nos activamos es más probable que esa activación se transforme agresión. Esto nos recuerda al magnífico dicho de fue la gota que colmó el vaso, como si fuera necesario descargar la activación en algo o alguien.

Es lo que afirma la hipótesis de la catarsis: Cuando tú estás expuesto a situaciones estresantes, si liberas de forma voluntaria la agresión, liberarás esa tensión que habías acumulado, controlando así la situación. Por ejemplo, en vez de romperle la nariz a tu jefe, haces boxeo. Después de hacer boxeo te sientes mucho más relajado y piensas que has disminuido las posibilidades de “arrear” a tu jefe en un escenario más que controlado.


Es cierto que te deja muy a gusto pegar a un saco (o a una vaca), pero eso no significa que hayas disminuido las ganas de pegar a tu jefe. Haciendo boxeo no has liberado tu tensión, te has activado más: Al haberte activado más y al haber actuado de forma violenta, es más probable que seas más agresivo con tu jefe. Es lo que dice la hipótesis de la transferencia de la activación: Cuanto más nos activamos (aunque no sea por una situación concreta) es más probable que esa activación se transforme agresión.

Y además la activación se transfiere en forma de agresión de una manera más incontrolada. Es decir, intentar liberar tensiones de forma controlada es una bonita utopía. Lo cual no significa que seamos como hojas que bailan al son que marca el viento de la activación, ya que con esa activación se pueden hacer ciertas cosas para que no desemboque en agresión (Esta agresión también puede ser verbal, no restrinjamos el concepto al maravilloso mundo de los golpes).

Rebajarla. Utilizar técnicas de relajación. Suelo mencionarlas como esas grandes desconocidas, no especifico cuales… pero vamos que haberlas haylas, como las meigas.
Re-interpretar la situación. Sin olvidar que lo que pensamos del mundo no es la verdad, es tu verdad. Quizás no puedas cambiar el mundo, pero si que puedes cambiar tus pensamientos, puesto que son tuyos.
Por seguir con el ejemplo, la cosa cambia mucho cuando piensas que estás en ese trabajo para siempre y que las humillaciones de tu jefe van a acabar por destruirte que cuando piensas que es una situación de trabajo temporal, que no constituye todo tu tiempo y que una cosa es lo que intente tu jefe y otra cómo reacciones tú, habrá que ver si consigue que tú te sientas humillado.

Emplearla en alguna actividad. Aunque creo que dependiendo de la actividad puede que acabes más activado y tiendas más a la agresión. Es el mayor problema que veo: cómo distinguir entre si estás dedicando la activación que ya tienes o si la estás incrementando, porque la sensación final de extrema relajación incluso cuando la situación te activa.
Supongo que esta elección es más personal, pero particularmente pienso que una actividad sirve para canalizar tu energía cuando te mantiene ocupado (quizás de una manera mecánica), te estabiliza emocionalmente y cuando te desvincula de las situaciones que más te activan.
Por si te interesa el tema:
Baron, R. y Byrne, D. (2005): Psicología Social. Editorial Pearson Education.

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